El mercado de productos naturales y orgánicos va en alza. Y es que cada vez hay más consciencia en cuestionar la procedencia de los productos, los procesos de producción, entre otros. En cuanto a la cosmética natural, muchos clientes  tienen una consideración distinta frente a un producto que fue testeado en animales –lo que se conoce como cruelty free– o no, por ejemplo.

A raíz de esta proliferación en la oferta orgánica, muchos emprendimientos han surgido siguiendo las bases de la sustentabilidad y preocupación por el medio ambiente. Pero es muy importante saber diferenciar productos de calidad de aquellos que solo pretenden serlo y que pueden terminar causando un gran daño.

Uno de los participantes de Salón Look Santiago es Natulique, marca de tinturas y productos para el cabello orgánicos, originaria de Dinamarca y comercializada en Chile por Fernando Zanforlin y Alejandro Domenec. Fernando comenta que “el mito más grande sobre los productos orgánicos es que no tienen el mismo resultado profesional ni duración que las marcas tradicionales/químicas. Pero nuestro resultado es igual y mejor, con la gran diferencia que son saludables, cruelty free y sustentables”. Asegura que con sus tinturas se logra un 100% de cobertura de canas, sin vapores tóxicos u olores fuertes, con brillo y suavidad.

A su vez, Luz Sotomayor, creadora del emprendimiento chileno Apícola del Alba – productos naturales y terapéuticos con más de 15 años de trayectoria en el Valle de Curacaví- comenta que “la gente pensaba -aunque cada vez menos-, que la cosmética natural no podía desarrollar productos responsables, de calidad e inocuidad, ni tampoco tener buenas concentraciones y ser eficaces. Por ejemplo, a veces se dudaba de que ciertos productos de cosmética natural lograran quitar manchas o atenuar arrugas, pero con el tiempo se ha demostrado que en lo natural existe un excelente aliado para estos fines. Esto posiblemente se relaciona con que la gente tiende a confundirlo con algo más artesanal. Sin embargo, durante los últimos años la ciencia ha desarrollado tecnologías que han permitido avalar las propiedades de los principios activos naturales, logrando determinar cuáles son las concentraciones eficaces. De esta manera nosotros hemos ido obteniendo fórmulas que cumplen con las funciones para lo cual fueron diseñadas”. Dentro de sus productos más vendidos están los champús, de los que tienen cuatro líneas, todas naturales, libres de petroquímicos y de sal. Hay una línea apta para veganos, champú y bálsamo de ortiga y romero, y una línea sin sulfatos anti polución, de Jalea Real Maqui, todas certificadas como cruelty free.

Tanto Fernando como Luz explican la importancia de contar con una correcta certificación que avale el producto que se compra, si es realmente orgánico o cuál es su grado  natural. Todo producto orgánico en sí es natural pero no viceversa.

Fernando aclara que “es importante que los clientes se informen mucho de las marcas que quieren tener.  Como está de moda ofrecer productos orgánicos y naturales, muchas empresas se limitan a simplemente cumplir con el mínimo que exige el país donde son fabricados o donde serán vendidos.  Existen muchas certificaciones disponibles en el mercado de hoy, como EcoCert, USDA Organics y SAG (Nacional) entre los más conocidos acá.  Cabe mencionar que Natulique desarrolló en Dinamarca la certificación 360 BioCert que es la primera certificación de concepto holístico, es decir, aparte de ser orgánico, natural, cruelty free y sustentable, ahora todos sus insumos son certificados libres de mano de obra infantil y bajo algún sistema de esclavitud”.

Por otra parte, Luz explica que “otra manera de certificar calidad -que es la que nosotros utilizamos-, es procurar que los ingredientes que se utilicen estén certificados como orgánico o natural, siendo responsabilidad de la empresa tener estos certificados y del cliente exigirlos. Por ejemplo, un cliente puede solicitarnos la información sobre cuán natural son los ingredientes en algunos de nuestros productos y nosotras debemos mostrar todos los certificados de sus ingredientes. Con la declaración de productos orgánicos en cambio, se debe certificar el producto con toda una línea de proceso que en sí debe ser orgánica y se paga la certificación por ello. Además, se debe asegurar que cada uno de los proveedores de las materias del producto sea orgánico. Si bien esta es una tendencia en Europa y se hace mucho, se encarece bastante el producto final por los costos de las certificaciones. Hay que considerar sí que en Europa el tema del precio no es disuasorio de compra, a diferencia de en nuestro país. A nosotros nos gustaría certificar varios productos como orgánicos, pero dadas las condiciones de mercado de nuestro país, se encarecería mucho su precio y a fin de cuentas no queremos ser un producto accesible solo para el bolsillo de unos pocos, por lo que tenemos que establecer un equilibrio”.

Ambos emprendedores concuerdan que hacer el paso a un estilo de vida sustentable y conectado con la naturaleza tiene un gran impacto positivo en la salud, siendo uno de los factores clave para impulsar el cambio hacia lo natural y orgánico. Pero no pasa sólo por la cosmética, es un todo y preferentemente ese cambio se debería hacer gradual, consciente y pensado, tomando en cuenta los factores que aquí se mencionan y cuestionando los productos que se compran. Los emprendimientos relacionados a la cosmética natural deben considerar que actualmente apuntan a un consumidor más consciente, crítico y pensante.