De la noche a la mañana las uñas se han convertido en un complemento indispensable de nuestro cuidado personal. Hace apenas una década, parecía que solo se las arreglaban las dueñas de casa o las mujeres especialmente coquetas. El resto podía, incluso, seguir mordiéndoselas sin demasiados remordimientos. Al fin y al cabo, llevarlas largas suponía un esfuerzo que no todas las mujeres podían asumir.

Y entonces llegó la moda de las uñas cortas, cuadradas y el shellac (el esmalte semipermanente) que redujo exponencialmente el tiempo que se les debía dedicar. Quien no luce, hoy en día, unas uñas impecables, que revistan los gestos de sus manos de elegancia y gracia es porque no quiere. O no puede.  Son las uñas quebradizas, que tantos disgustos les procuran a sus dueñas. Pero hay remedio para todo. Con un tratamiento exprés solucionarás la complejidad.

Por qué se rompen

Las uñas pueden presentar diferentes problemas. Algunas, se rompen con mucha facilidad. Otras se abren en capas o se escaman. También hay algunas que presentan las líneas de beau, esto es que tienen cambios de volumen, que se deben a bajadas de defensas. También pueden presentar manchas blancas, debidas a que ha habido un traumatismo o un proceso de inflamación que ha provocado que la queratina de la uña no se desarrollara de forma normal. También puede deberse a factores externos: como el uso de ciertos jabones o el contacto constante con la humedad (para ello se recomienda el uso de guantes) o el empleo continuo de esmaltes (en este caso se debería descansar de vez en cuando). Sea la razón que sea, todo tiene remedio.

Existen algunos trucos para poder seguir llevando las uñas arregladas e impedir que estas se desgasten. Por ejemplo, cuando se emplea el shellac se puede utilizar un aceite con el que nutrirlas. Esa capa de esmalte es porosa y permite que el tratamiento penetre pese a la pintura. En algunos establecimientos se comercializan estos aceites, en un formato similar al del esmalte (con un pincelito para aplicarlo). También se puede poner uno casero, por ejemplo, de aceite de almendra. El proceso del shellac deshidrata la uña, por lo que con el aceite se contrarrestan los efectos. También es recomendable, si se tienen las uñas especialmente débiles, hacer descansos de shellac: cada tres meses estar un mes sin esmaltarlas.

En caso de tener las uñas muy quebradizas la tentación es optar por unas de gel o de porcelana. Si las uñas tienden a romperse, estos tratamientos agudizarán el problema, pues son un poco agresivos. En estos casos es mejor optar por las uñas postizas de toda la vida, las de ‘pega’ que tienen menos problemas derivados. O tener un poco de paciencia, dejarlas crecer nutriéndolas y esperar. Cuando estén un poco más fuertes, ya se podrán elegir estas opciones.

La alimentación es también básica para lucir unas uñas espectaculares. Además, los ingredientes que le dan larga vida a las uñas también refuerzan el cabello, pues son los que inciden en la producción de queratina. En muchas ocasiones, cuando se padecen problemas de uñas, también se tienen algunos de cabello. Una buena alimentación puede reducir ambos. Las vitaminas preferidas por la queratina son la A y la B. La primera la encontrarás en todos aquellos alimentos que aporten betacarotenos, que se distinguen fácilmente porque son rojos o anaranjados. Para incrementar la vitamina B se recomienda ingerir carne, pescado, aves, levadura de cerveza o germen de trigo. También se puede aportar mediante complejos vitamínicos si existe una carencia considerable. En este caso, es mejor consultar con el especialista. Para aumentar los minerales, que también son muy beneficiosos deberíamos incluir legumbres, frutos secos, patatas, espinacas, berenjenas.

Regalonéalas

Para conseguir resultados más visibles y más rápidos, deberás llevar a cabo algunos cuidados tópicos, es decir directos a las uñas. Puedes hidratarlas mediante aceites (ya sea de oliva, de almendra, de coco, de lo que quieras). La clave está en dejarlas en remojo durante veinte minutos. Basta con hacerlo una vez a la semana, pero no te hará ningún mal sumergirlas más a menudo. Otro remedio de la botica de la abuela que resulta muy efectivo es machacar un ajo e introducirlo en el esmalte que te vayas a poner. Funciona tanto para fortalecerlas como para potenciar su crecimiento como para combatir hongos. Una mezcla de vinagre de manzana, cerveza y aceite de oliva en la que sumergir las uñas durante un cuarto de hora también es muy efectivo.